martes, 11 de mayo de 2010

decir ADIOS es decir NOS VEMOS para luego decir HOLA

sé que es muy egoista de mi parte querer que vuelvas, y saber que no serás feliz.
fuiste muy fuerte al pasar por ello sola, y aparentar estar feliz lo cual no lo era asi.
me cuesta mirar alrededor y ver a todos a ellos que te lastimaron sonreir tan alegremente y pasarla como si nada, y no pensar en lo que alguna vez te hicieron sufrir.
esto no fue culpa de nadie, solo que las personas llegan a ser tan ingenuas que no se dan cuenta del daño que le causan a los demas. personas que realmente nunca miran alrededor y solo se miran asi mismas pensando en lo que necesitan ellas mismas y no los demas. pero ahora estoy siendo muy cruel al decir quien tiene la culpa, porque en verdad, todos nosotros la tenemos, hasta yo.
me encantaria que volvieses sobre todo en estos momentos los cuales me he estado sintiendo bastante sola, pero sé que acá, en mi mundo, no serás realmente feliz; si pudiera traerte de vuelta seria muy egoista de mi parte ya que en este lugar sufririas muchas más de lo que has sufrido.
por eso prefiero pensar en ti, y no volver a verte nunca más para que no sufras como lo estoy haciendo en este momento.
eesto es un adios, pero en algun momento, cuando ya no este en vida, comenzará una nueva estapa junto a ti y en ese entonces no será un adios, será más bien un simple hola.
mas nunca olvidaré los bellos y hermosos momentos que pase junto a ti, siempre recordare que estuviste ahi en situaciones en la cual te necesitaba.
hermosos recuerdos que quedaran vivos en mi memoria, hasta el dia que nunca llegará.

ahora es otra etapa y esta vez la tendré que hacer yo misma, pero sé que cuando me sienta mal, recordare alguna frase tuya y sonreire y recordare que me amaste como yo y muchos más te amaron.

domingo, 9 de mayo de 2010

todo puede mejorar

Ana se encontraba muy aburrida en la clase de psicología, siempre decía “de que servirá esta cosa en la vida”, hasta que una simple frase capto toda su atención, “… la paraprosexia también puede darse en maniacos…”. Ella inmediatamente alzo su mano y le pregunto al profesor.

- “¿qué tipo de manía?”

- “de todo tipo, como limpieza, orden; esta provoca que una persona pierda la atención voluntaria. Tomemos el ejemplo de un maniaco de la limpieza, este estará muy bien hasta que se de cuenta que algo no anda bien, por lo que comenzará a observar y luego que se haya dado cuenta que esta sucio, no parará de limpiar.”

Nunca se le pasó por la mente que todo lo que menciono el profesor tendría algo que ver con su familia, mas lo que le preocupaba a ella, era si esto se detendría o existiría alguna solución.

De camino a su hogar comprendió que su madre, Claudia, no era normal, que se podría hasta decir que estaba loca, pero Ana se sentía muy mal al pensar de esa forma sobre su madre aunque fuera la única respuesta de este problema.

Llego en su casa, estaba con su abuelo, quien se encontraba viendo la televisión. Este hombre vivía hace diez años con ellas, según lo que cuenta él mismo, viajó por todo el mundo en una motocicleta en donde habría conocido a su pareja en Milán, se la llevo consigo para seguir recorriendo y luego se fueron a España donde se casaron y tuvieron hijos, después de muchos años juntos ella murió de cáncer y él no quiso seguir viajando, por lo que se fue a vivir con su hija menor.

Desde pequeña, Ana escuchaba los relatos que le contaba su abuelo sobre los viajes que hizo él y su abuela por el mundo. Pero hoy en día el pobre viejo los vuelve a contar, y ni se le entiende lo que esta narrando ya que habla muy rápido y con cada palabra se acuerda de otra historia.

El abuelo detiene a Ana para poder contarle una historia sobre como paso el océano atlántico, pero ella le responde que más tarde ya que en unos minutos llegara su novio Esteban, para ir al cine. Su abuelo entiende y la dejar ir, pero llama a Claudia para que ella sea la oyente de lo que él le contará.

Claudia no demoró en llegar, se encontraba limpiando la cocina luego de haber hecho el almuerzo, este había pasado hace dos horas lo cual ella no descansaba hasta que todo se encontrara en orden. Andaba con un delantal color beige, unos guantes desechables y toallas para desinfectar.

- “¿Qué quieres papá?” pregunto Claudia mientras sacudía el sofá donde se sentaría.

- “alguna vez te conté la historia de ¿cómo pase el océano atlántico?... Me encontraba en Caracas, Venezuela, y no sabia como irme para Europa, no tenia mucho dinero como para pagar un barco que me llevara lujosamente al otro lado del océano por lo que decidí pedir empleo en el barco; oye hija te acuerdas en ¿qué trabajaba tu madre?”

- “a qué va esto papá, si tu no conociste a mi mamá en Caracas”

- “Si lo sé, solo que recordé que en Caracas había un local de la misma compañía de donde trabajaba tu madre, era algo de donde vendían ropa. Por eso conocí a Elizabeth, me encontraba en Milán y necesitaba un abrigo, recuerdo que hacia mucho frío ya que era época de invierno y en ese momento estaba nevando y entre al local, comencé a buscar algo que me quedara y ella me atendió. No había nadie más en ese momento, era la hora de almorzar y ella estaba ahí, parada preguntando en que me podría ayudar. Apropósito hija, ¿hiciste el almuerzo?”

- “Papá hace más de dos horas que almorzamos, qué no recuerdas.”

En ese momento llaman a la puerta y Claudia se levanta para ver de quien se trataba.

- “Hola Sra. Torres, ¿esta Ana?”

- “Pasa Esteban, para donde irán tu y Ana”

- “Al cine y si nos sobra tiempo iremos a comer algo”

- “¡Estaban! ¿cómo has estado? Veo que tienes auto”

- “Estoy bien y ¿usted?, mi padre me presto su vehiculo”

- “Bien, aquí estaba contándole a mi hija como crucé el océano atlántico”

- “En realidad papá no terminaste, comenzaste a contar como conociste a mi mama”

- “entonces termino ahora y también la escucha Esteban. Iba en que….ah! en que pedí empleo en un barco para poder llegar a Europa, al principio no me querían contratar ya que tenia una motocicleta, pero después que hable con el capitán, este me dio el trabajo con una condición, que tendría que limpiar el barco cada dos días, esa era el término para poder llevar mi motocicleta y obviamente acepte. Y….Esteban ¿estas trabajando?”

- “Eh… si, estoy trabajando en una tienda en la sección de deportes.”

- “Recuerdo que una vez trabaje como entrenador de futbol cuando era joven, en verdad trabaje como asistente del entrenador, aunque igual cuando él no se encontraba yo tenía que enseñarles a los pequeños que debían hacer.”

Mientras ellos criticaban algunos de los equipos del futbol, Claudia barría el living porque según ella había mucho polvo.

Ana desde su dormitorio, que se encontraba en le segundo piso, escucho que su novio ya había llegado por ella. Aun le faltaba arreglarse, ya que eso le gustaba a Esteban, que ella se arreglara solo para estar con él, aunque él la quisiera tal como era. Eran muy unidos entre ellos, porque antes que ellos fueran novios eran muy amigos, no como hermanos pero si como para contarse cosas. Ana es una persona muy importante para Esteban después que murió su madre, quien falleció en un accidente automovilístico; gracias a ella él esta bien psicológicamente, había quedado con traumas, no podía cruzar la calle solo ni menos manejar un auto ni siquiera una bicicleta.

Ana ya estaba lista para bajar, solo le falta el perfume. Una vez abajo saludo a su novio y se despidió de su madre y de su abuelo.

- “¿Qué hablabas con mi abuelo?”

- “Solo discutíamos del futbol, oye qué le pasa a tu abuelo, con cada cosa que me contaba se acordaba de otra y nunca volvía a la primera.”

- “Debe ser por la edad, ya tiene 80 años y con todo lo que ha vivido debe tener mucho en su cabeza.”

- “¿Qué película quieres ver?”

- “Alicia en el país de las maravillas.” Suplico, a Esteban no le gustaban mucho ese tipo de películas, pero accedió.

- “entonces yo elijo donde comeremos” saco una leve sonrisa, pues Ana era muy regodeona con la comida, mas accedió al igual que su novio.

Luego de ver la película se fueron al auto para ir a cenar, Ana discutía con Esteban ya que ella no comería carne lo cual él si haría e irían a algún lugar con esa clase de comida; subieron al auto y aun seguían discutiendo. Esteban prestaba más atención en manejar que de la disputa que tenia con su novia. Pero en un par de segundos él explota.

- “¡Esta bien! Iremos a alguna parte donde tengan ambos……” lo interrumpió una gran oscuridad, habían chocado.

Ambos se encontraban heridos, se habían impactado con un bus, pero el golpe más fuerte fue en el lado del piloto.

Claudia se encontraba duchando y el abuelo seguía viendo la televisión, este último fue quien cogió el teléfono cuando llamaron del hospital avisando del accidente.

- “Hola, con quién hablo”

- “llamo de parte del hospital, ¿se encuentra la madre de Ana Cifuentes?”

- “Esta ocupada, pero yo soy su abuelo, ¿Qué ocurre?”

- “Lamento darle esta noticia, pero su nieta tuvo un accidente automovilístico, ¿pueden venir lo antes posible?”

- “estaremos allá lo más temprano posible; ¿Cómo esta ella?”

- “eh... bien, pero su acompañante esta inconsciente”

- Gracias.

El abuelo subió lo más rápido que pudo por las escaleras para contarle la mala noticia a su hija. Llego justo al dormitorio cuando Claudia terminaba de vestirse y le contó lo que había sucedido.

En cuanto llegaron al hospital le preguntaron a una enfermera por Ana y Esteban, quien los llevo donde Ana, ya que esta estaba conciente.

- “Hija ¿Cómo estas?” pregunto muy preocupada Claudia, quien no se dio cuenta que estaba en el lugar donde se encontraban muchas bacterias con las cuales podría contagiarse. Pero ¿qué madre no se olvida de todo lo otro cuando sufre algún accidente su hijo?

- “Bien, pero Esteban donde esta, ¿él esta bien?”

- “Lo único que sabemos es que esta inconsciente.”

- “¡Entonces llévenme con él!” exigió.

- “yo iré a verlo, tu tienes que cuidarte.” Dijo el abuelo.

Esteban se encontraba solo en la habitación; las enfermeras llamaron al padre, pero este no se encontraba en la cuidad, llegaría al otro día en la mañana.

Cuando llegó el abuelo a la habitación, noto que solo tenía una fractura en la pierna, una enfermera le pregunto si era su pariente y él le dijo que se trataba del novio a de su nieta, él le pregunto la salud de Esteban, la enfermera le explico que la fractura no era grave pero si hubiese sido así, él no caminaría.

- “eso sí él tendrá que ir con un kinesiólogo para que vea como va la pierna.” Eso fue lo último que dijo la enfermera y se retiró.

El abuelo le contó a su nieta lo que le dijeron a él, quien se puso muy triste de la noticia y comenzó a culparse del accidente.

En la cabeza de Ana se hallaban muchas preguntas…como ¿por qué no soy yo quien este inconsciente? ¿Por qué debí comenzar la discusión? ¿Por qué no me callé?, así no hubiese estallado, yo y mi bocota.

Ana se encontraba muy mal por Esteban, solo quería verlo y poder estar con él.

Mientras tanto, Esteban se preguntaba como estaba Ana, él no podía hablar ni ver, pero si escuchaba y se daba cuenta que nadie lo venia a ver. ¿Le habrán contado a mi papá? ¿Estará bien Ana? ¿Cómo pude distraerme mientras conducía? Ana….

Estaba muy angustiado de saber el estado de su novia, no quería que a ella le fuera a suceder lo mismo que a su madre, ansiaba poder saber el estado de su salud.

Dos días después del accidente Ana salió del hospital, mientras que Esteban debía estar en reposo luego de haber estado todo un día inconsciente, pero se encontraba mejor de saber que su novia estaba bien. Esta última lo visitaba frecuentemente para saber su estado.

Últimamente Ana se encontraba estresada, ya que venían las pruebas finales en su escuela, su madre aun limpiaba pero ahora con más desesperación y su abuelo que ya estaba bastante viejo, hablaba y se desviaba de los temas.

Ella se encontraba en la escuela y a lo que terminaran las clases iría a ver a su novio. Entregaban las notas de una evaluación, y cuando le dieron el resultado se dio cuenta que reprobó. El profesor la llamó en el receso para preguntarle qué le sucedía, por qué bajó tanto las notas si ella era buena alumna; quien le contesto que tenía problemas en la casa. El profesor le dio una oportunidad para no reprobar el ramo, tendría que hacer una reseña de que sentiría ella si algún ser querido sufriera de alguna enfermedad psicológica.

- “Muchas gracias profesor.”

Ana regreso a su hogar, luego de un largo día de escuela. Iba a arreglarse para ir al hospital a ver a Esteban. Al entrar a la casa su madre se hallaba limpiando la casa. El abuelo no se encontraba en la casa, últimamente salía a caminar por el pueblo.

- “¿Qué pasa mamá?”

- “Nada, solo estoy limpiando.”

- “puedo hablar un minuto contigo” se sentó, mientras que su madre seguía limpiando el lugar. Luego ella también se sentó.

- “todo lo que diré no lo tomes a mal, pero es la verdad. Estoy harta de verte limpiando todo el santo día, yo creo que esto no es solo la limpieza, sino que también es una enfermedad…” Claudia se paró y barría sin parar.

- “…no ves a lo que me refiero mamá, ¡tu estas enferma y necesitas tratarte!, mírate limpias y limpias, todo esta limpio y tu sigues…por favor para, ve con un algún especialista, por favor.” Ana comenzaba a llorar.

- “De que hablas hija, si yo estoy bien.” La abrazo.

- ”Mira tus manos, Ana, están sucias.” Claudia no se daba cuenta de lo que su hija trataba de decir.

Ana se paró del sofá y subió a su dormitorio, allí se dedicó a llorar y a arreglarse, pues tenía que ir a ver a Esteban.

Con su novio podía desahogarse de todo, así que se apresuro en llegar al hospital para aliviarse de lo que le pasaba.

- “¿Qué pasa Ana?”

- “Pasa que mi mamá no quiere entender que esta enferma, que estoy apunto de reprobar psicología, que mi abuelo esta mal y tu que estas aquí petrificado, eso pasa.” Dijo con muchos sentimientos a la vez.

Ana se encontraba muy mal, sus sentimientos eran muchos, no podía con todos, percibía angustia, tristeza, dolor, era mucho el malestar.

- “Ven.” La abrazo fuertemente contra él, procurando de no dañarla.

- “Gracias.”

- “De qué, de que no te pasara nada a ti en el accidente….” Lo interrumpió.

- “seguirás con eso de que tu tienes la culpa, y que yo tenga cuidado con todo.” Desde el accidente Esteban estaba irreconocible con Ana la sobreprotegía mucho, hasta de donde se sentara. Según Ana él quedó traumado después del accidente, al igual como paso con su madre, por ello la protegía, no la quería ver muerta como a su madre.

Era de noche y Ana se encontraba en su habitación realizando el trabajo con el cual podría aprobar la asignatura. Hablaría de todo lo que esta pasando actualmente con su familia y su novio, el profesor le dio el trabajo como si supiera lo que iba a pasar.

“Todo es un caos, no sé por donde empezar, quiero preocuparme por la salud de todos, pero a la vez no quiero, es como si todo no me importara. Quiero solucionar mis problemas pero todas mis complicaciones dependen de alguien, por lo que tengo de alguna u otra forma arreglar todo, aunque no sean mis incumbencias, mi deber es solucionar el problema.

He tratado de ser clara con mi madre, para que ella se de cuenta de lo que realmente tiene, pero se niega a ver la realidad de su situación. Niega rotundamente ser una loca de la limpieza. No sé que hacer con ella, pero me siento mal al pensar en mandarla a un hospital psiquiátrico, es mi madre y a pesar de todo la amo y no quiero estar lejos de ella. Mas si ella pudiera ver lo que tiene, si se diera cuenta de que esta enferma, sé que se trataría, tal vez no estará mucho tiempo conmigo, pero sí me sentiría mejor al saber que esta intentando sanarse.

Pero si de lo contrario ella no se da cuenta de nada, he pensado en llevarla sin su consentimiento, mas eso no me gustaría, porque de algún modo me arrepentiría y no habría paso para atrás. Tengo que pensar muy bien las cosas antes de actuar.

Otro problema es mi abuelo, ya tiene 80 años y ha vivido mucho, pero lo que no sé es cuanto durara todo esto. Él habla como si nada, relata y narra muchas historias las cuales vivió en su juventud, pero por una simple palabra o frase, recuerda otra de sus grandes historias y se desvía de la que estaba contando desde un principio y no la retoma. No solo sucede con sus historias, sino que también cuando él habla de cualquier otra cosa.

¿Cómo poder solucionar estos problemas que tengo sin herir los sentimientos de mis seres queridos? Es una simple pregunta, pero con una compleja respuesta.”

Ana terminaba su pequeña reseña sobre todo lo que estaba pasando, tenía muchas esperanzas de aprobar.

Al otro día, en la escuela entrego dicho trabajo, pero tendría que esperar para saber el resultado. Luego en su casa, se encontró con la sorpresa de su novio. Habían dado de alta antes de tiempo y lo primero que quiso hacer fue estar con ella.

- “te sientes mejor” pregunto Ana.

- “si y tu como te sientes, tu sabes que quiero que estés bien.”

- “lo sé y…claro que estoy bien. ¿quieres algo de comer?

- “esta bien, pero ten cuidado en la cocina….mejor te acompaño.”

Ana percibía que algo en Esteban andaba mal, él no se comportaba de esa forma, estaba muy sobre protector con ella; en la cocina preparó todo Esteban ya que no dejó que Ana cocinara, según él se podría cortar o quemar, por lo que decidió hacer todo él.

- “Iré a ver que esta haciendo mi abuelo, hace rato que no lo veo en el televisor.” Se dirigió a la habitación de su abuelo, llamo a la puerta y nadie la atendió, por lo que decidió entrar sin permiso. Lo que encontró no se lo desearía ni a su enemiga.

Su única reacción fue llorar y quedar petrificada en el lugar en el que se encontraba. Después de cierto tiempo Esteban al ver que Ana no bajaba, decidió ir por ella. La encontró al lado de su abuelo llorando y diciendo “despierta, por favor despierta”, él la abrazo sin que ella se lo pidiera, pero no lo rechazó.

Faltaba poco para cumplir una semana de la muerte del abuelo de Ana, quien estaba muy afectada al igual que su madre. Claudia se había dado cuenta que tenia un problema con la limpieza, ella lo llamaba así para no referirse a que estaba loca, pero la semana entrante comenzaba una terapia a la cual ella asistiría para poder reponerse del problema que tiene.

Por otro lado Ana seguía con depresión, la escuela, la muerte de su abuelo y las notas la tenían muy complicada, no quería realizar nada, solo deseaba poder estar tranquila y que nada la molestase.

Esteban seguía protegiéndola de una manera que ella ya no lo soportaba, pero no lo quería dejar ir, ella lo amaba con toda el alma y no pretendía terminar con él, además ella era una de las pocas personas que él tiene es este momento a las que realmente ama.

En la escuela, el profesor de psicología llamó a Ana para felicitarla por su trabajo, y darle su apoyo por lo que estaba pasando recientemente. Ella le pidió algunos minutos al profesor para poder contarle todo lo que le sucedía, necesitaba hablar con alguien, pero no de confianza ya que ella sabría la respuesta de aquellos.

Comenzó a narrarle desde aquella clase en donde se dio cuenta de todo hasta la muerte de su abuelo, y en qué la afectaba a ella todo lo que le sucedió durante el transcurso.

Los consejos que le dio el profesor a Ana eran que tenia que hablar con su novio y decirle clara y firmemente que ella estaba bien y que no se preocupara por ella, que el choque fue un accidente y que él ni ella tenían la culpa, pero que si la sigue sobreprotegiendo la perderá y no habrá paso atrás, tiene que darse cuenta de lo que esta provocando. Y con respecto a su salud, él mismo puede ayudarla para que siga adelante, ya sea por la muerte del abuelo o que la madre sea maniaca, la única condición es que tendrá que poner de su parte. Ana quedó muy agradecida por los consejos que le dio su profesor, pero no sabría si podría hacerlo sola.

Sólo tenia a Esteban, pero él complicaría todo al saber en los problemas en los que se encontraba, aunque era una mera posibilidad de que él reaccionara y se diera cuenta que la esta dañando.

Se dirigió al salón de Esteban para hablar con él, quien iba saliendo para hablar con ella.

- “Ana, tengo que hablar contigo…”

- “Yo también, empieza tu.”

- “Quería decirte que hoy no nos podemos juntar, bueno yo diría que todas las tardes…”

- “Estas…”Ana comenzó a angustiarse.

- “No, no quiero terminar, tu sabes que eres lo mas importante para mi.” La abrazó fuertemente procurando no dañarla.

- “A eso me refiero, Ana.” Lo quedo mirando con extrañeza.

- “Cada vez que quieres hacer algo o yo abrazarte por ejemplo, me procuro de protegerte, de que no te pase nada, que no te hiera. Me di cuenta que tengo un problema desde el accidente, no quiero que te pase nada, no quiero verte igual que mi madre, no quiero perderte.” Ana soltó una pequeña sonrisa y lo besó.

Todo puede mejorar.